“Estoy en crisis facultativa”. Esa es una frase que vengo repitiendo hace más de un mes. Sí, estoy en crisis facultativa. ¿Qué significa eso? Dudas. Dudas, dudas y más dudas. Simple y complejamente eso.

Uno empieza a preguntarse si realmente la carrera que estás estudiando es la carrera que te gustaría estar estudiando, si sólo no te gusta la materia que estás cursando o si las siguientes también van a ser así. Si realmente vale la pena seguir en donde estás para luego encontrarte con las materias que te interesan o si en realidad esas futuras materias interesantes no existen. Y la pregunta es.. ¿Cómo llegué a este punto?

Voy  a hacer un breve repaso de mi actualidad facultativa: estudio (o por lo menos hasta ahora) una carrera llamada Sistemas de Información de las Organizaciones, en UBA Económicas. Son 2 tramos (2 años) iguales (o casi iguales) para todas las carreras de Económicas y luego empezarían las “materias de la carrera”. Vendría a ser como un CBC de 2 años. Yo hice el primero y ahora estoy en el segundo. En el último cuatrimestre cursé 1 materia: Microeconomía. La idea era cursar dos materias (ya que aparte trabajo), pero por otros problemas con la UBA, que tal vez cuente más adelante en otro post, terminé cursando una sola.

Cuando iba a cursar, a las 7 de la mañana a la sede de Avellaneda, empecé a tener una sensación parecida a la tristeza. La primera hora de clase me la soportaba pero la segunda me la pasaba preguntándome internamente cosas como por ejemplo: ¿Qué hago acá y no estoy durmiendo?, ¿Para qué me va a servir esto en mi vida?, ¿Para qué me enseñan esto si sé que a los dos meses me lo voy a olvidar y cuando realmente lo necesite (si es que realmente lo vaya a necesitar) voy a buscarlo en Google y lo voy a aprender?. Entonces cuando pasaron varios días y estas preguntas seguían repitiéndose en mi cabeza, empecé a buscar apoyo y a analizar profundamente la situación con amigos y familiares.

El análisis me sirvió muchísimo y me hizo darme cuenta de varias cosas:

• Soy una persona creativa. Si, parece ser que no lo sabía. Y gracias a eso entendí por qué la pasaba mal en Microeconomía: porque es una materia en la que lees cosas “fijas”, “cuadradas” y analizás. Punto. No creás nada. A mi me gusta crear, transformar, hacer. No analizar lo que está hecho y listo. Tal vez sí analizar, pero con el objetivo de crear algo mejor. Y este caso no aplica a esta materia.
• Es importante estudiar algo, cualquier cosa, pero que realmente te guste. Y no importa mucho en cuánto tiempo te recibas. Obviamente que cuanto antes mejor, pero sin presiones. Hay que tratar de eliminar esa presión social que nos dice “no te atrases”.
• Es complicado encontrar una carrera que te guste, pero no hay que dejar de buscar hasta encontrarla.
• Este tipo de crisis son más comunes de lo que imaginaba. Me enteré de casos en los que la gente abandona una carrera luego de haber estado 4 años o más estudiando algo que se dieron cuenta que no les gustaba. Y eso es completamente válido. Hay que estudiar lo que te gusta. Sino, es imposible sentarse a estudiar.
• Siempre va a haber materias en la carrera que no te gusten pero que vas a tener que aprobarlas igual. Y acá entramos en la búsqueda del equilibrio: tenemos que analizar si vale la pena hacer el sacrificio de estudiar esas materias que no nos gustan para luego cursar las que sí. Y si el sacrificio lo vale, adelante! Si no, a otra cosa mariposa.
• Estudiar y trabajar. ¿Se puede? Depende. Hay personas que pueden y otras que no. Por mi parte puedo decir que trabajando seis horas, en un laburo en el cual se necesita pensar y analizar cosas, llego a mi casa con muy pocas ganas de sentarme a estudiar. Pero, ¿Eso se debe a que estaba cursando una materia que no me interesaba? Si logro encontrar algo que me guste, ¿llegaré del trabajo y tendré ganas de ponerme a estudiar? o ¿creo que esta carrera no me interesa pero en realidad sí me interesa y la crisis se basa en que estoy gastando gran parte de mis energías en el trabajo y por eso perdí la motivación de estudiar? Ésa es la cuestión.