Podríamos mencionar por lo menos tres cuestiones básicas con las cuales el universitario promedio tiene que lidiar a lo largo del cursado de su carrera: noches estresantes de desvelo, aislamiento del entorno social y quizás, esta última a tratar puede ser la más peligrosa de todas, compañeros de habitación.
Este es un tema tan envolvente (léase con un tono de ironía) y excluyente a la vez, ya que muchos estudiantes viven solos o con sus respectivas familias, pero, aquellos que comparten un espacio físico con más de una persona, posiblemente puedan llegar a identificarse con esta publicación.
Podríamos hacer una clara división de los tipos de compañeros de pieza que encontramos alrededor del mundo, pueden haber más, pero estos son los más comunes:
- El indiferente: muy frecuente. Se identifica como aquel a quien no le importa en lo más mínimo cómo te fue en el parcial, no te despierta si te quedaste dormido para ir a clases, sus conversaciones se limitan al sí-no, en fin… vive en su mundo. Si sos de la clase social-dependiente, este no es tu tipo.
- El extrovertido: este estereotipo es bastante común, las fiestas son su especialidad. Las masas lo aclaman, siempre se encuentra con el celular mandando mensajes en Whatsapp o Facebook hasta altas horas de la noche. Habla de todo y con todos, muchas veces resulta ser negativo, ya que a la hora de estudiar se convierte en un gran problema. Si vivís con alguien así, probablemente tu departamento, pieza, o casa puede parecerse a un hotel por el sinnúmero de personas que entran y salen.
- El “lo mío es mío, y lo tuyo es mío”: poco común. Este selecto grupo puede haberle causado más de un dolor de cabeza a cualquiera de nosotros. Se caracterizan por pedir prestado, no importa qué, todo lo que nos pertenece. “¿Me podés prestar pasta dental?”, “Qué bonito vestido, ¿me lo puedo poner para ir a clases?”. En el peor de los casos, ni siquiera preguntan, directamente toman y usan. Esa necesidad constante de utilizar algo que no es suyo puede hacernos explotar. Si has vivido con alguien así y no moriste en el intento: ¡Felicitaciones!
- El insoportable: posiblemente el más peligroso de todos. Sus manías grotescas e inaguantables hacen que este espécimen sea uno de los menos deseados y pasados por alto a la hora de elegir con quién vivir. ¿A lo mejor soy yo el que no encaja en esta ecuación? ¡Error! El insoportable tiene como objetivo estresarte, enojarte… al fin de cuentas hacerte la vida imposible. Evítalos, harán de tu carrera universitaria una montaña rusa de emociones y de calificaciones.
- El depresivo negativo: potencialmente peligroso. Si al llegar a tu casa o pieza en plena tarde o mediodía, te encontrás con que todo está oscuro y un denso aire de tristeza inunda el ambiente, o es que vivís con una persona depresiva o quizás tu barrio es bastante peligroso, por eso dejaste las ventanas cerradas. Dos resultados se pueden dar de esta unión, o vos te transformas como él, o lo ayudás de alguna manera a salir de su círculo deprimente.
- El normal: compañero ideal, amigo. Aquel con quien se entabla una relación de amistad, se preocupa por vos, se ayudan mutuamente, logran congeniar y hacer de la vida universitaria más llevadera. Este es el acompañante por excelencia, altamente recomendable y a veces difícil de encontrar.
Podrían haber inclusive más tipos, pero los que nombré fue por experiencia personal o ajena. Viví estos 4 años de estudio con diferentes compañeros, y el tener a alguien con quien hablar y pasar momentos de amistad hacen de una vida estresante y con mucho estudio, más relajada y de sana diversión.
Un consejo: si no te sentís cómodo con alguien es mejor cambiar de aires, porque entre “sobrevivir” y “vivir” hay algo que sobra, o quizás alguien.
3 septiembre, 2014 a las 01:24
Te faltó describir a “El que vive con la novia todo el día” Eso ya cuenta como un caso extremo jaja