Quien haya visto la película a la que hace referencia el título de este post sabe a lo que se enfrenta todo estudiante que tiene que rendir una materia en febrero. La mente de a poco se va deshaciendo de los detalles del año pasado para reemplazarlos con caracoles, montañas y cataratas. Así quedamos, solos, vacíos, sin recordar la formula que necesitábamos para resolver el problema más simple.
Uno de los mayores problemas del llamado del estío es que las vacaciones no se disfrutan. Constantemente esa voz en la cabeza dice “tenes que rendir, tenes que rendir” aunque a la vez te estés olvidando de todo lo aprendido.
En la ciudad es aceptable, podes obligarte a no salir y tal vez lográs estudiar algo, no sin tener que leer estados y ver fotos sobre lo lindas que son las vacaciones de otros. De vacaciones es absurdo. El sol, la arena y los apuntes, el trío imperfecto, esa horrible realidad con la que nos encontramos cara a cara con unas ganas imperiosas de correr hacia el otro lado. Continuar leyendo →