Un giro inesperado. Facultad privada, dos palabras que pueden desatar una discusión eterna entre amantes de la educación pública y alguien que decide tomar un camino diferente. Obviamente, desde el momento en que dije la palabra ‘privada’, me golpeó un tsunami de opiniones no requeridas. A estas alturas la discusión ya me suena inútil, quería ir a privada porque me ofrecía lo que quería, fui a privada. Pero no vine (? a discutir cual es mejor o peor, voy a contar lo que descubrí a lo largo de mis estudios.

Te llenan la paciencia de comentarios como que pagas un título, que es como la secundaria, que lo verdadero se aprende en la UBA y esas cosas, pero desde el día uno te das cuenta que la universidad, sea cual sea, no es lo mismo.

Primero, miles de estudiantes desaprueban, dejan o nunca se reciben por asnos (la cruda verdad) pero eso pasa en todo tipo de universidades.

En mi opinión la organización como facultad es mucho mejor, por ejemplo, al comenzar cada año se elige el turno que se desea cursar (en mi facultad hay solamente mañana o noche). Si como en mi caso se elige mañana, es seguro que vas a ir a la mañana, si se tienen que armar dos cursos de la misma carrera se arman, pero siempre el alumno queda en el turno elegido. Estos horarios fijos elegidos personalmente te permiten tener un trabajo y organizar mejor tu vida. Pero ojo, no todo es color de rosas, pedís un certificado y tardan 15 días en firmar un papel. NADIE queda exento de la pereza de algunos empleados administrativos. Pero lo importante se hace. Ejemplo claro: mi titulo de secundario no estuvo listo hasta agosto y aun así pude rendir finales porque llamaron, hablaron con el colegio y arreglaron todo. La atención está puesta en el alumno, si te pueden ayudar te ayudan.

Tema conocimientos: en MI carrera no hay diferencia alguna con la UBA o el Instituto Joaquín V. González. De hecho, alumnos de éste último rehacen la carrera conmigo en su versión universitaria porque el JVG solo otorga títulos terciarios. Son ellos los que te dicen que las materias son aburridamente similares. Tal vez otras carreras varíen en diferentes universidades, o tienen más prestigio por la antigüedad, pero ésta no es una de ellas.

Acá se viene el consejo sabio *redobles*: Elegir por opinión personal. Es de público conocimiento que tanto las universidades públicas como las privadas tienen sus ventajas y desventajas, el secreto es analizar la carrera desde ambos puntos de vista y de forma imparcial. Porque seamos honestos, muchos repiten lo que sus padres les inculcaron: que lo publico SIEMPRE es mejor, lo triste es que algunas veces, no es así.